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Charles Kinsgley y Ana María Matute con los niños. Taller de creación literaria


Estrenamos el otoño de noviembre. La Escuela pública sigue amenazada por el gobierno, la sanidad pública sigue amenazada por el gobierno. Los niños, apretujados en las escuelas. Los enfermos, en los pasillos de los hospitales. Los maestros, los profesores, pensamos en ofrecer sándalo en forma de libros, en forma de poemas, en forma de juegos de palabras... Los médicos siguen sonriendo a los órganos del desconcierto antes de meter el bisturí.

Aquí estamos de nuevo, de la mano de Federico, Federico Martín Nebras. Federico Martín que saca pompas de sabiduría de su vieja maleta, que saca píldoras de conocimiento del fondo de sus bolsillos y las ofrece para que lleguen a los niños.

El niño y su tratamiento serán el motivo de nuestro encuentro este 9 de noviembre en el Seminario de Literatura Ana Pelegrín. Los niños del agua de Kingsley y Los niños tontos de Ana Mª Matute han sido nuestro último objeto de lectura y por tanto nuestro último objeto de trabajo. La perspectiva del estudio de ambos libros será el tratamiento del niño en ambas obras así como el influjo de la sociedad y el momento histórico en ambos autores de cara a explicarnos el por qué del enfoque de ambos textos. 

 
La novela, presentada como un cuento que un padre le cuenta a su hijo (probablemente el mismo Kingsley a su hijo) Los niños del agua presenta a Tom un joven deshollinador explotado por su patrón, que cae por la chimenea de una casa de campo a donde ha sido llevado a trabajar. El accidente provoca un enorme revuelo y Tom huye hacia un estanque en el que, aparentemente, se ahoga. Pero no muere y se transforma en un niño del agua, que deberá madurar con la ayuda de las hadas y las criaturas marinas, hasta convertirse en un nuevo ser más libre y responsable. 

Kingsley denuncia el trabajo y el maltrato al que estaban sometidos muchos niños, como la sociedad se desentendía de ellos abandonándolos a su propia suerte o dejándolos en manos de amos sin escrúpulos. Estos los explotaban para los trabajos más peligrosos y descargaban en ellos, en forma de palizas y maltrato psicológico, su ignorancia, sus problemas con el alcohol y su amargura con una sociedad que perpetuaba las diferencias sociales y le daba pocas oportunidades a los que estaban más abajo en la escala social. Los niños, los más débiles, eran los más expuestos a esa violencia social, que hipócritamente todos despreciaban pero hacían poco por erradicar. 

Y entre esos pocos estaba Charles Kingsley, profesor universitario, naturalista, ensayista, novelista, poeta y uno de los grandes reformadores sociales del siglo XIX, muchas veces olvidado en las reseñas victorianas, pero cuya labor fue realmente importante y apreciada en su época. De origen adinerado, curso estudios en el elitista King’s College y abandonó su idea de dedicarse a la abogacía para tomar los votos sacerdotales. Su determinación y obra social le llevó a ser uno de los personajes más destacados de la sociedad victoriana, convirtiéndose en capellán de la Reina Victoria y tutor de su hijo y futuro rey Eduardo.

En 1860 fue nombrado profesor de Historia Moderna en la Universidad de Cambridge y cofundó el Movimiento Socialista Cristiano con John Ludlow y Frederick Denison Maurice, desde el que, a pesar de las polémicas con otros movimientos religiosos, intento reformar la sociedad desde varios frentes.

Su activa presencia social provocó que, además de impartir clases de historia desde las aulas de la universidad de Cambridge, fundara la Sociedad de Ciencias Naturales, Literatura y Arte y fuera presidente del Birmingham and Midland Institute, desde donde polemizó sobre las nuevas teorías políticas, sociales y artísticas.

Además Charles Kingsley nos dejó una interesante obra literaria en forma de ensayo, poemas y novelas, entre las que destacan Hypatia de Alejandría y la que nos ocupa The Water-Babies.

El caso de Ana Mª Matute que aunque catalana siempre ha escrito en castellano porque siempre ha estado ligada al pueblecito Riojano donde nació su madre y en el que pasaba largas temporadas. Ana Mª, aunque burguesa, aprendió a hablar de la mano de una de sus criadas, castellanas. Después, en Cataluña va a clase con las monjas donde sufre mucho. Se trataba de una niña grande, algo desaliñada, que tartamudeaba. Su vida comienza en la marginación de la niñez pues se siente siempre cuestionada. En este aspecto podemos relacionarla con escritores como Lewis Carroll o Andersen. 

En la Edición de Media Vaca de su libro Niños tontos, Ana Mª Matute se empeña en que hagan un cartel que diga "Esto no es un libro para niños". Es una literatura de prosa poética en el que la falsedad, la falsa inocencia de los niños, la soledad, sus defectos... son constantemente evidenciados.

En principio los cuentos se publicaban eran publicados en revistas y luego se reunieron en el volumen. La llegada de la guerra, supuso para Ana Mª Matute la posibilidad de muchos días sin escuela en los cuales podía hacer lo que ella quería y al placer de disfrutar como niña de su tiempo, recurre Ana Mª para plasmarlo de manera autobiográfica en sus cuentos y novelas. 

El libro Los niños tontos tiene grandes momentos expresionistas y rasgos crueles que recuerda a Pelo de zanahoria de Renard. Llaman la atención algunos capítulos como el titulado "El niño que no sabía jugar" en el que no encontramos moralina, porque en él se representan conductas que se tienen en el mundo actual, generando como una especie de compasión por el lector:

Había un niño que no sabía jugar. La madre le miraba desde la ventana ir y venir por los caminillos de tierra, con las manos quietas como caídas a los dos lados del cuerpo. Al niño, los colores de juguetes chillones, la pelota tan redonda,, y los camiones con sus ruedecillas, no le gustaban.

Los miraba y los tocaba, luego se iba al jardín, a la tierra sin techo, con sus manitas pálidas y no muy limpias, pendientes junto al pueblo como dos extrañas campanitas mudas. La madre miraba inquieta al niño, que iba y venía como una sombra entre los ojos. "Si al niño le gustara jugar yo no tendría frío mirándole ir y venir". Pero el padre decía con alegría: "No sabe jugar, no es un niño corriente. Es un niño que piensa."

Un día la madre se abrigó y siguió al niño, bajo la lluvia, escondiéndose entre los árboles. Cuando el niño llegó al borde del estanque, se agachó, buscó grillos, gusanos, crías de rana y lombrices. Iba metiéndolos en una caja. Luego se sentó en el suelo, y uno a uno los sacaba. Con sus uñitas sucias, casi negras, hacía un leve ruidito, ¡crac!, y les segaba la cabeza.

A continuación, tras un café reconfortante nos adentramos en un tiempo de escritura, probamos los manjares que más tarde daremos de comer a nuestros alumnos y alumnas en las distintas escuelas. Manjares que son juegos, juegos que son palabras...

TALLER DE ESCRITURA SOBRE EL DICCIONARIO
  1.  Ofrecemos a los niños y niñas la posibilidad de crear un diccionario fantástico, para ello inventamos una palabra para introducirla o cogemos palabras que se desconocen para darlas a conocer a los alumnos.
          Por ejemplo, la palabra "OOLITO"

OOLITO: sustantivo. Especie vegetal que puebla los lugares donde viven los ogros, los elfos y los trasgos. Es pequeño, mínimo, con forma de estrella, de muchos y variados colores. Tiene luz propia, los hay con una luz intensa y también con un pequeño reflejo. Aparecen en la mente de los niños cuando creen en los cuentos que leen.
(Pura Pascual)

OOLITO: (Del gr. ὀων, huevo y λίθος)) m. Dícese del resultado obtenido de someter al huevo, comunmente de gallina, a la acción del agua en ebullición durante un tiempo que oscila entre los cinco a ocho minutos. Vulg. huevo duro.
(Modesta Moreno)

OOLITO: voz que se emite por efecto de una sorpresa. Las hay de diferente tamaño y longitud, según la causa que la origina.
(Paulino Conejero)

OOLITO: Sustantivo. Dícese de las pequeñas partículas que se desprenden de las canteras de Oolia. El Oolito es blanco y de tamaño microscópico. Su textura es rugosa y áspera. Llama la atención su intenso aroma a heno, debido al cual se ha generado una inmensa masificación de conejos en la zona septentrional de Oolia.
(Raquel Ramírez)

FIFIRICHES: sustantivo. Dícese de un dulce propio de los países nórdicos. Se elabora con besos, abrazos y palabras dulces. Es sabroso, reconfortante y cálido. Su sabor es diferente según el estado de ánimo del que lo come.
(Pura Pascual)

FIFIRICHE: Planta de la familia de las fifilionáceas de tallo fino, hojas afiladas y fruto de pulpa exquisita aunque recubierta de piel con afiladas púas.
(Modesta Moreno)

FIFIRICHE: delgada torta, prima hermana de foforoche, hecha a base de fina harina.
(Paulino Conejero)

FIFIRICHES: Sustantivo, fem. Dícese de las sabandijas acuáticas que habitan en el mar Adriático. Escurridizos y cóncavos, son muy apreciados en las piscifactorías irlandesas y sirven como alimentos para las ocas de mediano tamaño.
(Raquel Ramírez de Arellano)

      2.    Otros juegos con el Diccionario a partir de las siguientes palabras: ZAR, ZARABANDA,                      ZARAJO, ZARANDAJA, ZARIGÜELLA y ZARAGOZÍ.
 
Me encontré con un zar
Zar que pasaba por la zarabanda
Zarabanda que quería un zaragato
Zaragato de 1º y zarajo de 2º
Zarajo con ajo y con zarandajo
Zarandajo con conejo y con zarigüella
Zarigüella que vendían en zaragozí.
                                        (Pura Pascual)

-¿Te encontraste con el zar?
-¡Qué va,está loco de atar!
-Como me gusta bailar zarabanda
siempre me pongo bufanda.

-Qué manía siempre con la zaragata
-Y a ti,qué...¡como me quite la alpargata...!
 ANTE
¿Te anteencontraste con el antezar?
¡Qué antevá, si antestá anteloco de anteatar!

-Cómo me antegusta antebailar antezarabanda
siempre me entepongo la antebufanda.

¡Qué antemanía, siempre con la antezaragata!
Y a ti, antequé..¡.como me antequite la antealpargata!
                                                       (Modesta Moreno)

Vi a mi primo el zar,
zar ataviado de zarabanda,
zarabanda rayada de zaragata,
zaragata enrollada en un zarajo,
zarajo que se comió una zarigüeya,
zarigüeya que vivía en zaragocí

Vi a mi primo el emperador de Rusia y rey de Bulgaria
ataviado de una danza picaresca que se bailaba en España en los siglos XVI y XVII
rayada de una bulla o jaleo de gentes
enrollada en una trenza hecha de tripa de cordero
que se comió un mamífero marsupial propio de América
que vivía en una ciruela zaragozana.
                                                            (Paulino Conejero)

Y hasta aquí estuvimos jugando y como muestra del juego y por no perder la costumbre os dejo unas fotografías que atestiguan el encuentro.





 
Nuestro próximo encuentro tendrá lugar en la sede de Acción Educativa el 14 de diciembre a las 10:00h. Ese sábado trabajaremos la obra de Jesús Carrasco, Intemperie. El cuento de Miguel Delibes La mortaja, los primeros capítulos de Pippi Calzaslargas y no debemos olvidar llevar un poema de Luis Cernuda de La realidad o el deseo.
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 

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